Luis Manuel Díaz, padre del futbolista colombiano Luis Díaz, vuelve a ser un hombre libre. Después de 13 días de zozobra por la seguridad de uno de los hombres más queridos de Barrancas (La Guajira), por su labor en las escuelitas de barrio impulsadas por el aclamado jugador del Liverpool, la guerrilla del ELN dejó al popular Mané Díaz a disposición de una misión humanitaria.
El secuestro ocurrió en la tarde del pasado sábado 28 de octubre de 2023 por integrantes del Frente de Guerra Norte del ELN, célula del grupo ilegal que tiene representación en la mesa de negociación con el Gobierno. Durante el plagio, el cual ocurrió en la estación de gasolina del barrio Los Olivos, también fue secuestrada la madre del futbolista, Cilenis Marulanda, quien fue liberada horas después y quien desde entonces se ha refugiado en su hogar sin entregar declaraciones.
Durante la pasada semana el cruel hecho tomó connotaciones políticas cuando la delegación de paz del Gobierno del presidente Gustavo Petro, en diálogos con el ELN, confirmó que este grupo armado se adjudicó el secuestro. Incluso, el pasado 4 de noviembre, Eliécer Herlinto Chamorro, alias Antonio García y jefe negociador del ELN, respondió que el hecho delictivo fue un “error” y que el Comando Central empezaba a orientar esfuerzos para su liberación, que solo hasta hoy tuvo frutos.
El Frente de Guerra Norte, sin embargo, días anteriores había reconocido su autoría en el hecho criminal y aseguró haber iniciado esfuerzos para la liberación de Mané Díaz. La explicación central que entregaron al país fue que, en la zona guajira, tiene “comandos con misiones económicas y uno de ellos realizó la privación de la libertad, que al ser reportada y verificarse que se trata del padre de Lucho Díaz, se orienta su liberación por ser un familiar del gran deportista”.
La Policía Nacional, desde el mismo día del secuestro, ya había desplegado sus capacidades por aire y tierra, e incluso el mismo director de la Policía, el general William Salamanca, se desplazó a la región. Entretanto, las Fuerzas Militares coordinaron la llegada de especialistas antisecuestro y con capacidades diferenciales para la búsqueda y el rescate, integrada por 250 hombres del Gaula Militar y de la Décima Brigada del Ejército.
Tal despliegue de las autoridades nacionales, no obstante, fue rechazada por el mismo Frente de Guerra Norte, el cual puso trabas al proceso de liberación asegurando que, para evitar incidentes, era necesaria una zona sin militarización, sobrevuelos y desembarco de tropas. Incluso, comunicaron su incomodidad por el ofrecimiento de $200 millones de recompensa por parte de la Policía Nacional.
