Con la luz del día, los sobrevivientes de la avalancha en Quetame pudieron dimensionar la tragedia que los golpeó entre la noche del lunes y la madrugada de este martes, 18 de julio. Imágenes aéreas dejan ver toda la destrucción en la vereda del Naranjal.

Fueron familias enteras las que perdieron la vida por el deslizamiento de tierra en Quetame. Las fuertes lluvias provocaron una creciente de la quebrada Naranjal, que terminó en el río Negro derribando las 20 viviendas y un puente vehicular.

En el lugar permanecen los vehículos totalmente destruidos, las viviendas taponadas de barro y gigantescas piedras y entre los escombros una imagen que causó mucho dolor: un menor reportado como desaparecido al lado de un sacerdote.

Según los datos de la Alcaldía de Quetame, departamento de Cundinamarca, “son 20 (las) viviendas desaparecidas” bajo el lodo que dejó la avalancha, en esta comunidad que, en palabras del director general de la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres, UNGRD, Olmedo López, no debería volver a habitarse.

Las autoridades también informaron que el alud se llevó consigo un puente, lo que provocó el cierre de la carretera que conecta Bogotá con Villavicencio, capital del departamento del Meta y una de las principales despensas agrícolas del país.

De los tres menores de edad reportados como fallecidos en el desastre, se confirmó el deceso de Stefy Carolina Viracachá, promesa del patinaje de la Escuela de Formación del municipio de Guayabetal cuya muerte a los 13 años lamentó la Liga de Patinaje de Cundinamarca, según la cual la joven deportista perdió la vida “junto con varios miembros de su familia”.

Asimismo, el director de la Policía, general William René Salamanca, confirmó la muerte de “varios familiares” de la capitán Lizbeth Herrera, a quien trasladó sus condolencias.

Fotografía: Noticias Caracol.

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