La gestión de Vilma Velásquez, cónsul de Colombia en Puerto Príncipe y esposa de un exmilitante del M-19, está bajo el escrutinio público por múltiples denuncias que  ponen en duda su diligencia en el cargo.

Las preocupaciones se han intensificado tras la retención, por meses, de recursos enviados por familiares de los 17 militares colombianos detenidos en Haití, acusados de colaborar en el asesinato del entonces presidente Jovenel Moïse.

La Casa de Nariño dispone de correos electrónicos enviados por los familiares de los detenidos, en los que solicitan desesperadamente a la cónsul Velásquez, la devolución del dinero destinado a sus parientes encarcelados.

Los militares colombianos están recluidos en condiciones extremadamente precarias.

Para mitigar estas condiciones inhumanas, las familias de los detenidos han intentado enviar recursos económicos. Con este propósito, enviaron dinero a la cónsul Velásquez, esperando que ella lo entregara a sus familiares. Sin embargo, Velásquez no solo recibió el dinero, sino que también se abstuvo de entregarlo a los destinatarios y no respondió a las llamadas ni mensajes de los remitentes.

Por Juan Carlos Arenas

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