Los resultados de las elecciones del pasado domingo en Chile han dejado al Gobierno de Gabriel Boric nuevamente contras las cuerdas. Hace ocho meses, en septiembre del año pasado, el rechazo contundente por un 62% a una propuesta de nueva Constitución representó una gran derrota para la Administración de izquierda, que había apostado por el texto que cambiaba profundamente la institucionalidad chilena.


Así, las posibilidades para introducir los cambios profundos y las reformas estructurales que tenía en su agenda el presidente Boric, se ven “bastante comprometida y sus posibilidades se reducen” asegura Daniel Zovatto, director regional para América Latina del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA).


De igual forma, Zovatto, manifestó que: “El gobierno del presidente Boric, venía sufriendo “un debilitamiento muy marcado en su popularidad” por asuntos como la inseguridad ciudadana, la criminalidad, la inflación elevada y los temas migratorios”.


Este miércoles se realizará un cónclave oficialista en la residencia presidencial de Cerro Castillo, en Viña del Mar, con la presencia de todos los presidentes de los partidos que respaldan al Gobierno. Si bien públicamente el Ejecutivo de Boric ha señalado que no se torcerá el rumbo, como lo dijo la portavoz Camila Vallejo; el batacazo ha sido tan grande que resulta impensable que no tenga consecuencias en La Moneda.

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