El dueño de un restaurante en California, Estados Unidos, habría contratado a un cura falso para que sus empleados confesaran si habían robado o llegado tarde al local, según informó el Departamento de Trabajo de ese país.

El sitio implicado en la investigación es el Che Garibaldi, que tiene dos sucursales, una de ellas en Sacramento, a donde supuestamente pertenece el sacerdote, quien además les preguntó a los trabajadores si tenían “malas intenciones” con su jefe o si habían hecho algo para perjudicar a la empresa, de acuerdo con una publicación de Telemundo.

El Departamento de Trabajo calificó la situación como una de las estafas “más descaradas” que han indagado.

La entidad se enteró del supuesto cura en el restaurante, ya que investigaba el local por retrasarse en el pago a sus empleados, y de no cancelar las horas extras. Además, el dueño del negocio los había amenazado con denunciarlos ante migración.

Según el informe, el presunto cura fue contratado luego de que el Departamento de Trabajo empezara a investigarlo.

María Parra, camarera del restaurante, recalcó que su confesión con el supuesto sacerdote fue “diferente” a las que estaba acostumbrada, porque en vez de decir lo que quería el religioso le manifestó que le haría preguntas “para sacarle los pecados”, de acuerdo con una publicación de CBS.

“Me preguntó si alguna vez me habían parado por exceso de velocidad, si bebía alcohol o si había robado algo. El cura me preguntó si había robado algo en el trabajo, si llegaba tarde a mi empleo, si había hecho algo para perjudicar a mi empleador y si tenía malas intenciones hacia mi trabajo”, detalló.

En la investigación también se descubrió que el dueño del restaurante les pagó a los gerentes usando el dinero de las propinas para los empleados, a los que amenazó con represalias y “consecuencias adversas para la inmigración”.

En mayo, un tribunal condenó a los propietarios del sitio de comidas a pagar 140.000 dólares en concepto de salarios atrasados y daños y perjuicios a 35 empleados.

Sobre el falso sacerdote, la diócesis de Sacramento indicó que “aunque no sabemos quién era la persona en cuestión, estamos completamente seguros de que no era un sacerdote” de la sede.

Fotografía: La Vanguardia

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