En las redes sociales, algunos internautas aseguran que están tomando vinagre de manzana para perder peso. En torno a este líquido, que actualmente está de moda, hay más mitos que verdades.
Existen estudios que demuestran que, con las comidas, el vinagre de manzana tiene un impacto en las respuestas de la insulina, el azúcar y los triglicéridos. Pero como todo, hay que tener cuidado con la dosis al momento de consumirlo. Recuerde que no es milagroso.
“Según algunos estudios, el vinagre tiene propiedades para disminuir los niveles de glucosa en sangre y también los de lípidos. De igual manera, para aumentar la saciedad. La evidencia aún es limitada”, manifestó Sandra Milena Bobadilla, nutricionista.
Parece que en personas con resistencia a la insulina funcione mejor. Sin embargo, esto no quiere decir que el vinagre reemplace a los tratamientos y los hábitos sanos.
“La forma ideal de consumirlo sería agregándole a las comidas de una manera normal. Por ejemplo, dos cucharadas de vinagre con el almuerzo y la cena. Se puede agregar a las ensaladas, al arroz, agregar el vinagre balsámico, que se mezcla también con pan”, agregó Bobadilla.
Tenga en cuenta que los efectos se han documentado cuando el vinagre de manzana se consume con carbohidratos o harinas, no en ayunas.
“Hay personas que lo están tomando en ayunas, lo cual es nocivo, puede erosionar la mucosa gástrica, causar gastritis potencialmente, también generar erosión dentaria”, comentó.
Pero no solo eso, el vinagre de manzana en ayunas puede provocar reflujo, diarrea y hasta riesgo de inflamación del páncreas. Es decir, es bueno, pero con las comidas.