Tras varias semanas de su llegada a la dirección de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carillo confirmó la salida de la que denominó la “mano derecha del exdirector Olmedo López”, Ana María Castaño, quien ocupaba el cargo de secretaria general de la entidad.
Su salida quedó en firme con la resolución 0300 del 1 de abril, en la que se exponen los argumentos para apartarla del cargo. El documento fue firmado por el director Carrillo, quien, “actuando de conformidad con el artículo 2.2.11.1.2. del Decreto 1083 de 2015, solicitó la renuncia protocolaria a todos los cargos directivos de libre nombramiento y remoción de la entidad, incluyendo la Secretaría General, en aras de garantizar la moralidad administrativa”.
“Tenía paralizada la entidad debido a sus funciones, todo lo administrativo pasaba por ella. Por ejemplo, tenía el quórum de los comités de consolidación”, indicó Carrillo a El Espectador. “Es una decisión de muy alto riesgo, pero a eso estaba jugando”.
A pesar de que el nuevo director, quien asumió el 11 de marzo, tenía la potestad de declarar insubsistente a la secretaria, el asunto se complicó al conocerse que la secretaria estaba embarazada. Esto significaría la posibilidad de una demanda contra la Unidad. De hecho, la ahora exfuncionaria, expresó que su salida “le costaría económicamente a la UNGRD y a los colombianos”.
Además de esto, Castaño indicó que consideró tomar acciones legales por un presunto acoso laboral de parte de Carillo, quien le insiste en la renuncia pese al embarazo y le estaría quitando servicios a los que tendría derecho por su cargo, como el contar con un chofer para transportarla.
Ante estas acusaciones, Carrillo aseguró que él se enteró de que la funcionaria estaba en embarazo después de solicitarle la renuncia “Me sorprendió con la grata noticia de que estaba embarazada y que era de alto riesgo. Y yo le digo, Ana María, felicitaciones por ese bebé que viene en camino, Dios escribe recto sobre renglones torcidos. Me alegra mucho, pero yo igual necesito tu carta de renuncia para las seis de la tarde en mi escritorio, la cual nunca llegó”. Por su parte, Carrillo, no niega que haya ordenado retirarle el uso de vehículos de la entidad, pues se trata de los ajustes que está realizando en la UNGRD.
Sobre los riesgos fiscales y disciplinarios que significaría retirar a la funcionaria del cargo, este diario consultó al abogado Gilberto Acosta, quien indicó que “una persona embarazada no puede ser despedida de su cargo sin que el Estado haga un proceso ante el Ministerio de Trabajo para que proceda su despido. Las mujeres en embarazo están protegidas constitucionalmente, y no se pueden despedir así sea de libre nombramiento. Lo que se puede hacer es darle otro cargo, otras funciones mientras tanto, pero hay muchos elementos para analizar”.
Aun así, también existen sentencias judiciales que protegen a las mujeres embarazadas de retiros de sus puestos de trabajo, por lo que puede ser un asunto estudiado por los tribunales.
Sacado de “El Espectador”