La tierra del departamento de Boyacá es importantísima para Colombia, pues allí se siembran y se cultivan gran parte de los alimentos que se consumen en el país. Es toda una despensa agrícola, pero los campesinos, el alma de esa zona, dicen que las cuentas no les cuadran por cuenta del costo de los insumos.
Los jornaleros, que tienen perseverancia y ganas de salir adelante, también pidieron al Gobierno nacional que se empiece a ejecutar un programa de estabilización de precios.
José Antonio Solarte, campesino boyacense, dice que el campo se está quedando solo, pues cada vez es más difícil cultivar y cosechar. Él ha vivido por más de 50 años de la siembra de papas.
“Uno con 100.000 traía una o dos batidas de líquidos que alcanzaban para 15 cargas de papa. Hoy toca esa misma plata para una batida. Ahí los costos subieron. El abono está muy caro, antes uno compraba en 70.000 un bulto, hoy en día alcanzó 170.000”, dijo.
Fotografía: El Colombiano.