La Corte Constitucional declaró inexequible el decreto de emergencia económica en La Guajira emitido por el presidente Gustavo Petro en julio de 2023 y con el que el gobierno buscaba garantizar el suministro de agua potable en la región.
El alto tribunal, sin embargo, dijo que concederá “EFECTOS DIFERIDOS a esta decisión por el término de un (1) año, contados a partir de la expedición del Decreto 1085 de 2 de julio de 2023, respecto de la amenaza de agravamiento de la crisis humanitaria por la menor disponibilidad de agua” en la región.
La corte, además, exhortó “al Gobierno nacional y al Congreso de la República para que, en ejercicio de sus competencias constitucionales y legales ordinarias, adopten las medidas necesarias para superar la grave crisis humanitaria estructural que existe en el departamento de La Guajira constatada en la Sentencia T-302 de 2017 y, con ello, se garantice la efectividad de los derechos fundamentales de las personas que habitan en esa zona del país”.
El decreto de emergencia económica emitido por el presidente Petro ordenaba “definir las condiciones y medidas para garantizar el acceso al agua para consumo humano y saneamiento básico a todas las personas que habitan en el departamento de La Guajira, en el marco de lo dispuesto en el Decreto 1085 de 2023, por el cual se declara el Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica en el departamento de La Guajira”.
La falta de agua potable en el departamento de La Guajira ha sido evidente durante años. Allí, las comunidades indígenas siguen denunciando las precarias condiciones bajo las que almacenan y beben el vital líquido.
La imagen de niños tomando agua, justo donde los chivos beben y dejan sus excrementos, es quizá la más cruel de las realidades de cientos de rancherías en el departamento.
“Sinceramente, no hay para beber y nos toca tomar lo que haya. Es con la del jagüey, esa es el agua que tomamos”, contaba Diana Henríquez, madre de varios pequeños.
“Es lamentable la situación, porque a nosotros nos duele ver que nuestros niños en esto. Ellos no saben las consecuencias de tomar esa agua. Es una realidad de nuestro diario vivir”, agregó Lorelbis Zúñiga Epinayú, habitantes de La Guajira.