La icónica publicación documentó el pontificado que redefinió el catolicismo. Destacó su lucha por los pobres, su diplomacia audaz y su batalla por transparentar a la Iglesia
Fuente: INFOBAE con apoyo de TIME


La prestigiosa revista TIME dio a conocer su portada, en la que se puede observar una fotografía del papa Francisco de pie con un fondo negro y cuyo texto dice: “Pope Francis. 1936-2025″.
En su obituario, titulado “El papa Francisco, el párroco del mundo que lideró en una era de crisis, muere a los 88 años”, la revista repasó la vida del pontífice argentino y los años que estuvo como líder de la Iglesia Católica.
El medio resaltó que, durante su papado, Francisco fue una figura de cambio y de apertura, que intentó acercar la institución a una feligresía fragmentada por décadas de escándalos y por profundas tensiones doctrinales. Fue también el primer papa del hemisferio sur, el primero del mundo en desarrollo, y el primero en adoptar el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, símbolo de pobreza y humildad.
Su elección, el 13 de marzo de 2013, fue leída como una señal de que los cardenales buscaban un cambio de rumbo. “Parecía que los cardenales tuvieron que ir hasta el fin del mundo para encontrar un Papa”, dijo desde el balcón de la Basílica de San Pedro en sus primeras palabras al mundo, aludiendo a sus raíces argentinas.




Una vida marcada por la austeridad
Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, hijo de inmigrantes italianos que huyeron del fascismo. Creció en una familia modesta de clase media baja, profundamente influenciada por su abuela Rosa, quien lo introdujo en la fe católica. Su vocación sacerdotal surgió a los 16 años, tras una experiencia mística en la iglesia de San José de Flores. “Sentí como si alguien me agarrara por dentro y me llevara al confesionario”, contó en una entrevista radial.
Fue ordenado sacerdote jesuita en 1969, y en 1973, con apenas 36 años, fue nombrado provincial de los jesuitas en Argentina. Su liderazgo, sin embargo, quedó marcado por la controversia durante la dictadura militar, recuerda TIME; al tiempo que afirma: “Fue acusado de no proteger a dos sacerdotes detenidos y torturados por el régimen, aunque él aseguró haber intercedido en secreto por su liberación”.
“Mi manera autoritaria y rápida de tomar decisiones me llevó a tener serios problemas y a ser acusado de ultraconservador”, reflexionó años después.
Durante los años 90, vivió en una residencia jesuita en Córdoba, un período que describió como “una época de gran crisis interior”. Regresó a Buenos Aires como obispo auxiliar en 1992, y en 1998 fue designado arzobispo de la ciudad. En 2001 fue creado cardenal y en 2005 asumió la presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina.


Un pastor en tiempos de transformación
Al llegar al papado tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, Francisco imprimió un nuevo tono: vivió en una residencia modesta en lugar del Palacio Apostólico y reformó las finanzas vaticanas al ordenar una auditoría del Banco Vaticano, que resultó en el primer informe financiero en más de un siglo. Fue también el primer papa en asistir a una cumbre del G7 y en visitar Irak, además de adoptar un enfoque más compasivo hacia los desafíos contemporáneos.
“Si alguien es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar?”, dijo en 2013. Diez años más tarde, aprobó una norma que permite bendecir a parejas del mismo sexo, aunque reiteró que el matrimonio entre personas del mismo sexo “no es matrimonio”.
También impulsó reformas en el tratamiento pastoral de personas divorciadas y en el acceso a las anulaciones. “La Eucaristía no es un premio para los perfectos, sino una poderosa medicina y alimento para los débiles”, escribió en Amoris Laetitia. Aunque mantuvo la posición tradicional sobre el sacerdocio reservado a los hombres, creó comisiones para estudiar la posibilidad de ordenar diaconisas y se mostró receptivo a permitir sacerdotes casados en regiones con escasez clerical, aunque no llevó adelante esa reforma. ( INFOBAE / TIME)