El presidente panameño también aprovechó la ocasión para abordar otros temas de relevancia internacional, como la reunión que sostuvo con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio. Mulino aseguró que la soberanía de Panamá no está en discusión, especialmente en lo que respecta al control y operación del Canal. “No cabe duda de que el canal es operado por nuestro país y así seguirá siendo”, afirmó el mandatario, quien descartó cualquier “amenaza real” de que Estados Unidos pudiera utilizar la fuerza militar para tomar el control de esta infraestructura estratégica.

“No siento que haya ninguna amenaza en estos momentos real contra el tratado, la vigencia, y mucho menos de uso de fuerza militar para apoderarse del Canal”, declaró.

Mulino calificó la reunión con Rubio como “altamente respetuosa y cordial”, y expresó su optimismo sobre una nueva etapa en las relaciones bilaterales entre ambos países. Sin embargo, también dejó claro que las decisiones sobre el Canal corresponden a las autoridades panameñas, quienes tienen la autonomía constitucional para gestionar la vía interoceánica.

Uno de los temas más delicados abordados fue la presencia de empresas chinas en la operación de dos puertos del Canal. Mulino informó que se están realizando auditorías para evaluar su gestión y que, una vez concluyan, se tomarán las medidas legales correspondientes. Además, el mandatario anunció que no renovará el acuerdo con China sobre la nueva Ruta de la Seda, una decisión que refleja su intención de fortalecer los lazos con Estados Unidos.

En materia migratoria, Mulino propuso ampliar el pacto con Washington para la deportación de migrantes en vuelos financiados por el gobierno estadounidense. Esta propuesta se enmarca en un contexto regional donde el flujo migratorio irregular sigue siendo un desafío para los países de la región.

En un momento en que Panamá enfrenta presiones internacionales y desafíos internos, las declaraciones de Mulino dejan en claro su compromiso con la soberanía del país y su determinación para abordar los problemas migratorios y de seguridad con firmeza y pragmatismo. Su postura frente a la delincuencia y su llamado a un trato diferenciado para los migrantes con antecedentes criminales marcan un punto clave en su discurso, reflejando la complejidad de un tema que requiere soluciones equilibradas y efectivas.

Por: Jaime Ponce

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