Es común encontrarse con personas que, ya sea por elección o circunstancias, optan por llevar una vida sin pareja. Sin embargo, entender los motivos que conducen a esta situación puede arrojar luz sobre este fenómeno cada vez más presente en nuestra sociedad.
Sergio Molina, investigador y experto en Filosofía, ha dedicado tiempo a analizar el comportamiento humano en relación con las relaciones sentimentales. Según sus investigaciones, uno de los factores determinantes es la falta de autoconocimiento.
“La falta de preguntas y la falta de conocimiento propio que determine si quiero, si necesito, si deseo o si quizás puedo gastarme por el momento solo sola, cómo me encuentro”, afirmó Molina paraBlu Jeans. La ausencia de este conocimiento puede llevar a las personas a alejarse de lo que realmente desean en términos de pareja.
El experto resalta la importancia de hacerse preguntas fundamentales como: ¿qué quiero en una pareja?, ¿qué necesito?, ¿qué deseo?, ¿puedo estar solo o sola en este momento de mi vida? Estas interrogantes, aparentemente simples, pueden ser determinantes para comprender nuestra situación emocional y nuestras necesidades afectivas.
En este sentido, Molina desmitifica la idea del amor eterno y subraya la naturaleza cambiante de las relaciones amorosas. “Los amores van y vienen, y tienen su propia duración”, señala. Esta perspectiva desafía la noción romántica del amor eterno y abre la puerta a una comprensión más realista de las relaciones humanas.
Otro aspecto relevante es la necesidad de claridad en cuanto a lo que buscamos en una pareja. Molina destaca la importancia de cuestionarnos y definir nuestras expectativas. ¿Buscamos pasión, compañerismo o estabilidad económica? Establecer nuestras prioridades nos ayuda a orientarnos en la búsqueda de una relación satisfactoria.
Sin embargo, el autoconocimiento va más allá de identificar nuestras necesidades y deseos. Molina enfatiza que es un proceso previo a cualquier experiencia de vida. Conocerse a uno mismo implica comprender nuestras fortalezas, debilidades y valores fundamentales, lo cual es esencial para establecer relaciones saludables y significativas.
“Definitivamente esto no me va a dar estatus ni me va a significar éxito. Para los otros debe ser una experiencia personal casi que sacra y esencial”, sostiene. En lugar de ello, insta a considerar las relaciones amorosas como experiencias personales, sagradas y esenciales para el crecimiento individual.
Sacado de “Caracol”