El músico, compositor, cantante, productos, arreglista y multi instrumentista caleño, Junior Zamora, presenta su debut. El álbum que lanza es “EGO” al que describe como “la osadía de un chico de casi 30, con canciones bajo el brazo desde los 19”.
Algunas de las canciones que se conocen son “Café” y “Verdades a Medias”. De hecho, la primera canción fue dirigida bajo la óptica, el diseño y el talento de Jaime Restrepo, quien ha trabajado con Justin Bieber.
El primer acercamiento a la música
Junior Zamora ha sentido el don de la música, pues desde muy pequeño se sintió cercano a este arte. Durante la infancia, él dirigía su gateo hacia la batería, instrumento que aprendería a tocar a los 8 años. Al tiempo que parecía impulsado por un imán, llego el momento de ingresar a la iglesia que lo terminó acercando a su pasión: la música.
Eventualmente, Zamora ha sentido que la música se convirtió en “un don que se me entregó y siempre ha sido mi intención honrarlo”. Decididamente ingresa a tocar la batería en la iglesia, un recuerdo muy especial que su familia guarda.
La infancia del caleño
Los primeros recuerdos de la infancia de Zamora estuvieron rodeados por diferentes lugares de Cali: Distrito de Aguablanca, Unión de Vivienda Popular y El Vallado. En resumidas cuentas, su vida estuvo rodeada de amistad, música, inseguridad y dificultades sociales que se contrarrestaban con la alegría y el rigor.
Del derecho a la música
Es indudable el amor que Zamora ha demostrado por la música; desde siempre lo tuvo muy presente. Sin embargo, al entrar a la Universidad, él decide estudiar Derecho y Música simultáneamente. Pero, él tuvo que detener sus estudios en leyes porque su madre, quien financiaba las dos carreras, no podía sostener la carga económica. El cambio fue tomado con bastante tranquilidad.
Los dos momentos cruciales
Dado que su inspiración siempre ha sido estar rodeado de las melodías, él inicia en la industria con un acercamiento a las grabaciones y presentaciones. Principalmente, sus pasos van de la mano de una agrupación urbana en Cali, para aquel entonces, era el 2011.
Cinco años después, lanza la primera vista de su proyecto en solitario; una propuesta que ronda entre el pop latino, blues, soul y géneros afroamericanos.
Soul y Blues desde Cali
La sucursal del cielo, Cali, se ha reconocido por su incursión en la salsa, sin embargo, en la ciudad también se siente el soul y blues. De esta manera, los géneros ampliaban la versión del proyecto que estaba creando Zamora con sonidos costeros del pacífico.
Nadie puede ignorar que su contexto transforma el arte. En el caso del cantante, la historia, los personajes, la hora, la luz y el ambiente son los elementos principales en su proceso creativo. En su mente las letras comienzan a formar palabras, luego frases que se transforman en la lírica perfecta de sus canciones.
“Nos Prometimos” es la canción que lideró la bandera del proyecto, tema con el que logró una nueva puesta en escena en el 2016. El estilo que presenta se une al soul, blues y su voz que se acompaña del piano que toca al mismo tiempo. Incluso, la guitarra eléctrica hace parte de la nueva propuesta que con su ritmo reactiva la mezcla de sonidos.
El gran concierto soñado
Zamora sueña con un concierto masivo en el lugar que lo vio crecer, Distrito de Aguablanca. Él imagina el evento con un montaje de primera categoría, con amigos, colegas y artistas. De hecho, hace hincapié en presentar sonoridades diferentes a las que se supone debería tener el Distrito.
A su vez, el caleño sueña con una colaboración con FKJ porque de él admira su vocación por la música como premisa. FKJ es uno de sus más importantes referentes al poner el arte antes que todo.
Actualmente, Junior Zamora presenta el debut con “EGO”, un álbum que busca jugar con los espectadores. Además, espera abrazar desde la mirada de 3 personajes\alteregos. De este modo, Zamora plantea la pregunta: ¿Dónde empieza el uno, termina el otro e incluso en dónde ni siquiera existe ninguno?